Vistas de página en total

jueves, 10 de octubre de 2013

RESEÑA: BRENNAN Y GORDILLO. (2008). CÓRDOBA REBELDE: EL CORDOBAZO, EL CLASISMO Y LA MOVILIZACIÓN SOCIAL.





El trabajo busca explicar tanto el contexto como las condiciones de surgimiento de los liderazgos sindicales en Córdoba durante el período 1955-1976. El análisis apunta a los sindicatos líderes de Córdoba durante el período mencionado. Se propone como hipótesis la conformación de un nuevo tipo de obrero industrial que habría desarrollado prácticas combativas y un alto grado de autonomía frente a las burocracias sindicales nacionales. Los autores sostienen que esto habría tenido gran incidencia tanto en los sucesos de mayo de 1969 como en los que siguieron a comienzos de los ’70.

En este sentido, se plantea que las interpretaciones sobre lo sucedido en Córdoba en el ’69 no han tenido en cuenta los procesos históricos. Es decir, se habría hecho a un lado una explicación que reconstruya el proceso previo, la emergencia de nuevos actores sociales y las peculiares características de la provincia. De este modo, los estudios anteriores se habrían enfocado o bien sobre las características del proceso de trabajo en la formación de la conciencia obrera, o bien sobre el marco institucional – ideológico dentro del cual se insertaban los trabajadores o, simplemente, no habrían tenido en cuenta las situaciones específicas que provocaron el dinamismo y los cambios.

Brennan y Gordillo inician el relato con la radicación de las grandes empresas automotrices en Córdoba a mediados de los ’50 y la resistencia peronista, analizando el proceso cordobés como un tipo particular de sindicalismo con una mayor autonomía del Estado originada en la proscripción del peronismo.

A estos fines, los autores consideran las características de la organización interna de los sindicatos, su acción reivindicativa en un contexto de expansión industrial con predominio de las industrias mecánicas, las condiciones de trabajo y la percepción subjetiva de los trabajadores sobre las mismas, así como la cultura política signada por la radicalización ideológica y su articulación con el discurso obrero.

En el nivel teórico, los autores incorporan los aportes de las reflexiones sobre la acción colectiva  y del concepto de marcos culturales (cultural framing) que alude a lo simbólico y a las definiciones colectivas como condicionantes de la movilización social.

Brennan y Gordillo sostienen que se conformaron en Córdoba un conjunto de sindicatos peronistas que, luego de 1966, exteriorizaron su oposición tanto a los gobiernos militares como a la cúpula sindical porteña, buscando alianzas alternativas en el nivel nacional  - GGT de los Argentinos – y local.

Esto es vinculado al sistema político argentino, donde la proscripción del peronismo volcó a los trabajadores a la búsqueda de canales alternativos de expresión política, como en el caso de los sindicatos que combinaron la lucha gremial con el objetivo del retorno de Perón al poder.

Otro de los aportes tiene que ver con la identidad política de los trabajadores, expresada mayoritariamente en el peronismo, más allá de haber conciliado ésta con conducciones gremiales clasistas. Las condiciones que podrían explicar esta conciliación radicarían, por un lado, en el desarrollo industrial cordobés,  que incorporó a la vida fabril a una mayoría de trabajadores jóvenes. Esto ha llevado a pensar que carecían de una tradición sindical. Según los autores, debería considerarse además la proscripción del peronismo, que  significó la configuración de una nueva tradición sindical más democrática y la asunción de un rol político por parte de los sindicatos.

Otra de las condiciones habría sido la autonomía del movimiento obrero cordobés y su oposición a la cúpula sindical porteña.

A la vez se resalta la alianza de los legalistas con los sindicatos de izquierda, fundada en las luchas de la resistencia y en el desarrollo de corrientes anticapitalistas y revolucionarias al interior del peronismo.

Finalmente, la mayor agresividad de la política empresarial a partir del ’66 habría reforzado la combatividad de los trabajadores a la vez que el centralismo del gobierno de Onganía sumaría a otros sectores sociales, que encontraron un referente en ciertas vertientes del movimiento obrero.  Esto tendría una expresión clara en el Cordobazo. Para los autores, las interpretaciones de este levantamiento son esquemáticas y se fundan en una aplicación inadecuada de teorías de la aristocracia obrera y su caracterización como “vanguardia”. Su planteo resalta la diversidad de la clase obrera protagonista de una insurrección popular que desestabilizó al gobierno de Onganía, así como la intervención de otras clases y grupos, como los estudiantes, que escaparon al control de los trabajadores.

Por otro lado, los autores sostienen que el apoyo de los trabajadores peronistas a las conducciones gremiales clasistas no se sostenían únicamente en la capacidad de estas para resolver los problemas de la base fabril, sino también en el rechazo al estilo sindical vandorista: “…aunque la militancia dio forma y alimentó una politización más intensa de la clase obrera local, sería un error adjudicarle a esta última una ideología clasista (…). Más bien (…) coincidieron en el tiempo el proceso de conformación de una tradición sindical combativa y que – en algunos sindicatos – reivindicaba una democracia de base, con una radicalización ideológica más general, de distintos sectores de la sociedad (…) que encontraron en Córdoba el escenario propicio para manifestarse.” (Brennan y Gordillo, 2008:259).

Según sugieren, las causas del Cordobazo como protesta obrera se explican en la crisis de varias industrias locales, las rivalidades entre peronistas cordobeses y sus centrales gremiales porteñas y las influencias de la cultura sociopolítica en la política obrera – el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, la izquierda, activistas sindicales marxistas y peronistas de izquierda y las tendencias revolucionarias-.

Como sostienen los autores, los sindicatos cordobeses fueron inspiración para todos los movimientos disidentes y rebeliones posteriores, desde la CGTA (1968) hasta Villa Constitución (1975), pasando por el Cordobazo (1969) y el Viborazo (1971).

Será finalmente bajo los gobiernos peronistas del ’73 al ’76 cuando se iniciará la destrucción del movimiento obrero cordobés.

De acuerdo con Brennan y Gordillo, el fracaso del movimiento obrero cordobés fue de carácter político y derivado de la incapacidad de la izquierda marxista para alcanzar alianzas nacionales con las corrientes disidentes de la clase obrera peronista. El principal obstáculo habría sido la ausencia de un genuino partido de los trabajadores que unificara a la clase obrera argentina bajo un programa socialista. De este modo, los sindicatos cordobeses tuvieron que asumir un rol que combinara trabajo político y representación gremial, situación que eran incapaces de resolver: “Los presuntos errores políticos de los clasistas se hacen más comprensibles cuando se toman en cuenta los obstáculos para reformar el movimiento obrero mientras se intentaba al mismo tiempo construir un movimiento político alternativo de los trabajadores, primero bajo un régimen militar y luego bajo un gobierno peronista” (Brennan y Gordillo, 2008:262).

Para finalizar, podríamos señalar que los autores descartan cualquier explicación de tipo estructural, sea referida a las características del desarrollo industrial cordobés como a la rápida transformación de la estructura de clases. Más allá de las posibilidades explicativas que podría tener el análisis de dichas cuestiones, esta decisión teórica lleva a alguna contradicción, sobre todo cuando se alude a la crisis de algunas industrias locales o al lento deterioro de la industria automotriz local como uno de los factores explicativos del Cordobazo.

Por otro lado, cabría indicar una cuestión metodológica. Los autores manifiestan haber accedido a una gran cantidad de entrevistas con trabajadores cordobeses a lo largo de una década. Si bien se afirma que las mismas aportaron “información interesante y a veces útil” sobre los sindicatos y las condiciones laborales, los testimonios de las bases fueron descartados por resultar, en opinión de los autores, “demasiado superficiales o incompletos para utilizarlos como evidencia histórica”. Sí se tomaron los relatos referidos al Cordobazo ya que los recuerdos “agudizados por los dramáticos sucesos del levantamiento, parecen tener mayor valor como prueba” y aquellos de “las figuras claves del movimiento obrero cordobés” ya que era habitual que cualquier trabajador alcanzara puestos de conducción.

Sin entrar en detalles, se podría afirmar en primer término que, el valor de “prueba” no puede referirse a la evidencia histórica en un sentido objetivo. Lo que se releva en las entrevistas a los protagonistas es su percepción subjetiva sobre los hechos indagados. Y quizás hubiera sido interesante analizar las entrevistas desde el punto de vista de lo “olvidado” y lo “recordado”.

En segundo lugar, si además se buscó indagar la “conciencia política” retomando el relato de los dirigentes y, tomando en cuenta que los autores buscaron explicar las causas que llevaron a una mayoría de trabajadores profundamente peronistas a conciliar su “identidad” con una dirigencia clasista, la salvedad sobre la facilidad con que en Córdoba cualquier trabajador accedía a puestos de conducción no parece resultar suficiente.

En síntesis, se trata de un relato detallado del período que, más allá de analizar el caso de los sindicatos cordobeses, aporta material sobre los principales actores políticos del momento desde un enfoque de tipo  político - cultural que remite a cuestiones de identidad – “cordobeses”, “peronistas” - , los modos de articulación entre esa identidad y ciertas ideologías, y la  lucha política.

Myriam Ford 

NOTAS: 

La presente reseña fue redactada utilizando la siguiente edición: Brennan, James y Gordillo, Mónica (2008) Córdoba rebelde: el cordobazo, el clasismo y la movilización social. Buenos Aires: Ed. De la Campana.

No hay comentarios: